Tatiana Clouthier: "La derecha y la izquierda ya no existen en México"

    BuzzFeed News México pasó 12 horas con Tatiana Clouthier, la estratega de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador. ¿Será ella lo que necesita para ganar al fin la carrera presidencial?

    MONTERREY, México — A Tatiana Clouthier le quedaban todavía 264 caracteres en Twitter después de haber destrozado al rival de su jefe.

    “¿A quién propone?” le respondió al candidato presidencial José Antonio Meade (PRI) después de que tuiteó que el país necesitaba a “Un presidente serio.”

    Su respuesta — “Yo mero” — convirtió a Meade en un meme y a Clouthier, coordinadora de campaña del puntero, Andrés Manuel López Obrador (Morena), en una consentida de las redes sociales.

    Para López Obrador, el de izquierda, con 64 años, conocido por sus arranques explosivos y retórica populista agotada después de dos intentos de llegar a la presidencia, haber escogido a Tatiana Clouthier, una mujer asertiva y mesurada, es una decisión improbable pero estratégica.

    Clouthier le ha inyectado ingenio y ligereza al movimiento de López Obrador. Sin ella, “la campaña estaría rancia”, dice Gilberto Miranda, experto en política que se reúne con Clouthier informalmente los sábados para hacer lluvia de ideas de campaña. “Sin ella sería la misma campaña de siempre.”

    Por el contrario, Clouthier ha atraído seguidores jóvenes con hambre de respuestas rápidas y precisas — una marcada diferencia del estilo pausado de López Obrador.

    “Jajajaj @tatclouthier is a SAVAGE !! TEN,” tuiteó el periodista Javier Risco después de leer la respuesta a la pregunta de Meade. Clouthier con 53 años, respondió con una fotografía de ella misma, con un emoji de lentes oscuros cubriendo sus ojos.


    Sus seguidores la han llamado la Reina de Twitter y hasta le han pedido ser la candidata, en lugar de López Obrador. Por lo menos, “Tatiana tú vas de candidata en 2024”, le escribieron

    BuzzFeed News pasó 12 horas con Tatiana Clouthier en exclusiva durante un periodo de dos días a principio de este mes (abril). La influencia de tranquilidad, directa y juguetona que tiene sobre el candidato, le ha dado una ventaja que no tuvo durante sus últimas dos campañas — y que podría ser lo que le da el último empujón que necesita para llegar a Los Pinos.

    Sentada en su sencilla sala durante la mañana de sábado reciente, Clouthier declina una pregunta sobre la evolución de su vida política.

    Clouthier fue miembro del Partido Acción Nacional (PAN), hasta el 2005. Su padre, Manuel Clouthier, fue el candidato presidencial por este partido en las elecciones de 1988. Acción Nacional terminó con el dominio de 71 años del autoritario Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el 2000, para después ver su regreso en el 2012.

    “La derecha y la izquierda yo digo que no existen ya,” explica Clouthier. Hoy, se trata de “poner a la persona en el centro de… y las personas se están yendo más a votar por las personas que por los proyectos.”.

    López Obrador ha despertado preocupación en México y en el extranjero, después de la creciente ola global de populismo — desde la victoria de Donald Trump en Estados Unidos al avance de Marine Le Pen en Francia, hasta el éxito del Brexit en el Reino Unido. Las amenazas sobre expropiaciones y su desdén por las clases privilegiadas del país, han hecho que los críticos de López Obrador lo acusen de tener un complejo de mesías.

    Tomando las lecciones de los errores cometidos durante sus anteriores campañas y consciente del miedo que se ha esparcido tras esta ola de populismo, López Obrador ha bajado el tono de su intransigente retórica socialista. En un intento por tranquilizar la preocupación de si volverá a cerrar Avenida Reforma si pierde las elecciones, prometió irse a su rancho en Chiapas.

    También ha intentado tranquilizar la preocupación del sector empresarial, prometiendo respetar la autonomía del Banco Central. El mes pasado, López Obrador dijo durante una convención de banqueros en Acapulco, Guerrero, que su gobierno no confiscaría bienes, uno de los miedos dentro de los círculos financieros en México.

    “Andrés Manuel ha evolucionado,” dijo Clouthier. “Los banqueros ya entendieron que no come niños.”

    Si las elecciones fueran ahora, López Obrador ganaría con el 48% del voto, según una encuesta del periódico Reforma. Parte de su fuerza viene de su habilidad de confrontar a Trump, cuya actitud agresiva hacia México ha dañado la relación entre los países vecinos. El domingo, durante el primer debate presidencial, López Obrador llamó a Trump un “presumido.”

    “Diálogo, diálogo y más diálogo,” dijo Clouthier sobre cómo sería la relación de México con Trump si López Obrador ganara la presidencia.

    Presionada para dar más detalles, simplemente se señaló la playera con la leyenda: “Not your piñata.” ["No soy tu piñata."]

    Originaria de Sinaloa, en el norte de México, Clouthier se mudó a la Ciudad de México en 1991 para fungir como diputada suplente para el PAN y de nuevo en el 2003 como diputada para el mismo partido. Aunque dejó Culiacán, la ciudad donde nació, porque sus padres tenían temor de que la secuestraran, Clouthier tenía mucho miedo de vivir en la capital, la cual era conocida por sus altas cifras de criminalidad.

    Ahí fue su primer acercamiento con López Obrador, quien estaba fungiendo como jefe de gobierno.

    “Yo conocí a Andrés antes de conocerlo,” dijo Clouthier. Elogió lo que llamó su habilidad de reducir los índices de criminalidad. Y explicó cómo poco a poco, la gente fue regresando a los parques, que se habían quedado abandonados. “No entendía porqué lo critican si le copiaban,” agregó, refiriéndose a los programas de asistencia social de López Obrador que después adoptó el gobierno federal.

    En el 2006, un año después de haber renunciado al PAN, diciendo que cada vez se parecía más al PRI, amigos en común invitaron a Clouthier y a su familia a una cena donde estaría López Obrador. Su madre declinó la invitación pero su esposo asistió — con poco entusiasmo.

    “Llegó un hombre prudente, sencillo. Mi marido dice que le llamó la atención lo controlado para comer y tomar, se hizo tonto con una bebida,” dijo Clouthier. “Una de las cosas que más le llamó atención fue que un político te deje hablar.”

    Se cayeron bien. Después de una breve introducción, Lopez Obrador invitó a Clouthier a sumarse a su campaña presidencial. Ninguno de los dos le dio seguimiento, pero dice Clouthier que votó por el, “calladita.” Volvieron a hablar a mediados del 2010 y después en 2012, cuando la invitó a su campaña presidencial por segunda vez.

    En diciembre, López Obrador invitó a Clouthier a su rancho en Palenque, Chiapas, en el sur de México. “Quería presumirme los árboles que había plantado,” dijo. Durante una caminata alrededor de la propiedad, Lopez Obrador le pidió que fuera su coordinadora de campaña.

    Clouthier dice que su mayor preocupación de aceptar la oferta fue el tiempo que estaría lejos de sus hijos. Pasa varios días a la semana en la Ciudad de México o viajando por la república con López Obrador. Cuando está en casa, dice que sus días giran en torno a su familia: corre por las mañanas, lleva a su hijo menor a la escuela, platica con su hija después de la universidad, asiste a reuniones y cocina y limpia su casa, un edificio pequeño de dos pisos, decorado de manera austera.

    Sus hijos la mantienen con los pies en la tierra. “Ah, keeping up with la Tía Tatis,” dice su hija adolescente entre risas cuando Clouthier le presentó a una reportera mientras paseaban en el auto. Ese día, Clouthier habló por teléfono con López Obrador tres veces. Para comunicarse con él, llama a su vocero o a su esposa. Nunca se mandan mensajes de texto.

    A pesar de los mensajes de sus fans en Twitter, Clouthier dice que no tiene aspiraciones presidenciales; dice que no quiere un puesto de alto perfil en el gobierno de López Obrador porque quiere estar cerca de su esposo, quien padeció cáncer recientemente.

    En los círculos políticos, sin embargo, es común la interpretación de que si López Obrador gana, Clouthier tendría un puesto importante en su gabinete.

    Su asertividad e influencia no son la norma en México, donde la política aún está dominada por hombres y está impregnada de machismo. Pero Clouthier no se hace llamar una feminista, ya que dice que el término “está pasado de moda como tal.” Para ella, la tarea ahora es ver qué hacer con los avances en este sentido — ya no se trata de crear espacios para las mujeres en el ámbito laboral, por ejemplo, sino asegurarse de que las mujeres tengan acceso a guarderías, lugares para amamantar y flexibilidad de tiempos.

    Cuando no está viajando o preparando sus presentaciones en la televisión o radio, Clouthier va de casa en casa en barrios de clase trabajadora en Monterrey, Nuevo León, pidiéndole a la gente que vote por López Obrador y dándoles un periódico de Morena, el partido que fundó el candidato en 2014.

    Es parte de una estrategia para suavizar a los votantes en el norte de México, donde López Obrador recibió menos del 30% de votos en las últimas dos elecciones. Esta también es la primera elección presidencial en la que participa este nuevo partido político.

    Esta vez, asegurar el apoyo de la región norte del país, la más rica de Mexico, es fundamental.

    Durante una visita reciente a Valle Verde, un barrio no muy lejos de casa de Clouthier, Gabriel Beltrán, dueño de una tiendita, le dijo a la coordinadora de campaña que planeaba votar por el populista de derecha, Jaime Rodríguez Calderón, un candidato independiente de Nuevo León, Monterrey.

    “Piensalo, todavía tienes 70 días,” le dijo Clouthier con una sonrisa.

    Beltrán se quedó pensativo unos segundos. “La respeto y la quiero. Por usted, voy a cambiar a lo mejor,” dijo.

    No ha sido un camino fácil. Las mujeres con ambiciosas aspiraciones políticas en México aún pagan un precio alto.

    A Clouthier la criticaron después que un medio publicara una fotografía en enero de ella apoyando la mano en el brazo de López Obrador y su cabeza sobre su hombro, los dos están riendo.

    “Debes traer mucho rencor acumulado para que no te importe lo que piensen otras mujeres porque invadiste el espacio personal de quien crees será presidente,” escribió Javier Livas Cantú, un ex-miembro del PAN, en una carta pública.

    La imagen, dijo Clouthier, fue capturada poco después de que López Obrador anunciara su nueva posición como coordinadora de campaña en un evento público. Cuando Clouthier se bajó del escenario y se sentó junto a él, López Obrador le susurro al oído con un tono de orgullo: “Diste un mensaje como la candidata y yo como tu coordinador.” Flash.

    La fotografía está colgada en una pared cerca de su sala.

    Prefirió no contestarle a Livas. “Habla más de él que de mí,” le dijo a BuzzFeed News.

    Clouthier se ha convertido en una fuente de serenidad para López Obrador, a quien todavía le recuerdan sus discursos intolerantes y entrevistas combativas después de perder las elecciones de 2006. Después de acusar a la comunidad empresarial de financiar una campaña de desprestigio en contra de él y llamar a sus simpatizantes a hacer un plantón en la Avenida Reforma, se proclamó “presidente legítimo de México.”

    Clouthier habla lento, su voz apacible, sus palabras bien pensadas. El tono que usa en casa para dirigirse a su esposo — “amor” — es casi idéntico al tono que usa para eventos relacionados a la campaña.

    Pero la recta hacia la elección ya empezó a poner a prueba su serenidad.

    Hace poco, participó en una mesa redondo con Javier Lozano, el vocero de Meade, en el programa de radio de Carmen Aristegui. Con un tono autoritario, Lozano acusó a López Obrador de querer darles “perdón y olvido” a delincuentes (el candidato propuso una amnistía para los narcotraficantesnarcos en diciembre). Clouthier, visiblemente nerviosa, reacomodó los post-its que tenía frente a ella en el escritorio.

    “En esto no te está yendo muy bien,” le dijo Lozano.

    Lozano empezó a leer la propuesta de López Obrador desde su iPad, textualmente y con voz fuerte. “Yo sí creo que no hay que olvidar pero sí se debe de perdonar.”

    Clouthier recuperó su confianza — Lozano había metido la pata.

    “Una cosa es leer y otra cosa es comprender lo que se lee,” le dijo Clouthier. “Pareces analfabeta funcional.”

    Después del debate, el equipo de Clouthier le comentó que se había pasado, pero ella dice que se había empezado a sentir acosada y necesita apaciguar a Lozano. “Le di donde tenía que darle,” dijo.

    CORRECTION

    Tatiana Clouthier fue diputada suplente para el PAN en 1991. Una versión previa de este artículo la señalaba incorrectamente como diputada.


    Este post fue traducido del inglés.