El 1ero de marzo, el mexicano Osvaldo Maciel viajaba de México a Nueva York con su hija cuando se le acusó de tráfico de menores.
La autoridad portuaria le pidió que bajara del vuelo de United Airlines en el que iba una vez que aterrizaron y lo interrogaron por media hora antes de pedirle los documentos.
En una columna para el Huffington Post, la esposa de Maciel y maestra de ascendencia irlandesa, Maura Furfey, dijo que "siempre habrán individuos que hagan comentarios racistas".
"Mi esposo es mexicano, por eso es un blanco fácil y por ende, nuestra familia."
Cuando presentaron la queja con United por el trato, la familia Maciel recibió una disculpa y un certificado de vuelo por 100 dólares.
Por supuesto, la gente resaltó lo terrible del asunto.
Hubo quién resucitó un tema olvidado.
Y destacó los tonos discriminatorios del incidente.
Probablemente la historia no hubiera sucedido de ser así.
Y desafortunadamente, el color de piel tal vez tuvo que ver.
Incluso hubo quienes compartieron sus mismas experiencias al ser discriminados.
Y ejemplificaron cómo hubiera sucedido si hubiera sido una persona blanca la involucrada.
Pero también está el otro lado de la moneda.
En un comunicado, United Airlines se disculpó con la familia Maciel por lo ocurrido.
"Es importante aclarar que el pasajero no fue removido del vuelo."