Eric Abramovitz había practicado para este momento casi toda su vida: la oportunidad de estudiar con uno de los mejores maestros de clarinete del mundo con una beca completa para un conservatorio en Los Ángeles.
El estudiante universitario de segundo año de Canadá ya era un músico de élite. Había ganado un montón de premios y había hecho interpretaciones como solista en las mejores sinfonías de su país. Y completar su título de grado en el Conservatorio de Música Colburn en Los Ángeles con una beca completa, con un valor de 50 000 dólares al año, era un sueño que estaba intentando alcanzar desde que tenía 7 años.
Tras un largo y competitivo proceso de audición, fue uno de los dos estudiantes que recibió el honor que daría comienzo a su carrera. Debería haber sido un momento fundamental en la vida del muchacho de 20 años, pero en vez de eso quedó devastado al recibir un correo electrónico de rechazo.
"Me sentí anestesiado cuando leí el correo. Tuve que leerlo varias veces", contó Abramovitz, ahora de 24 años, a BuzzFeed News el jueves. "Cuando me enteré de que no conseguí la beca, me costó enfrentarlo. Pasé unos días sombríos, tristes y llenos de ira".
Lo que él no sabía es que su novia de ese momento había sido la que había enviado el desgarrador correo de rechazo.
En esa época, Abramovitz estaba saliendo con Jennifer Lee y ambos eran serios músicos en McGill. Se habían mudado juntos recientemente y las cosas "se habían puesto serias muy rápidamente", explicó.
Lo que pasó a continuación, detallado en entrevistas y documentos del juicio exitoso que inició Abramovitz contra Lee, dio pie a imaginar una promisoria historia de vida posible que resultó descarrilada por lo que un juez canadiense llamó: "una despreciable interferencia" en manos de una novia egoísta.
Lee no respondió cuando BuzzFeed News la contactó para pedir su testimonio. Pero según la demanda, cuando ella encontró el correo de aceptación del maestro de clarinete de Colburn, Yehuda Gilad, en marzo de 2014, entró en pánico y, temerosa de perder a su novio frente a la oportunidad de su vida, se puso en acción. Hackeó la cuenta de correo de Abramovitz (él dejaba su correo electrónico abierto todo el tiempo por "cuestiones de confianza", dijo), interceptó la oferta de Yehuda, y le respondió.
Haciéndose pasar por Abramovitz, le dijo al famoso músico que rechazaría la beca porque "estaría en otro lado". Luego eliminó la evidencia, creó otra dirección de correo, giladyehuda09@gmail.com y, haciéndose pasar por Gilad, le escribió a su novio un correo en el que le daba la mala noticia: había sido rechazado.
"En ese momento estábamos viviendo juntos, así que ella fue la que me consoló cuando me enteré", contó. "Ahora que lo pienso, fue bastante enfermizo".
En su correo de rechazo falso, Gilad (es decir, Lee) le ofreció al estudiante un lugar en la Universidad de California del Sur con una ayuda de 5000 dólares al año, con una matrícula de aproximadamente 51 000 dólares más gastos, una oferta que ella sabía que él no podía pagar. Así que un devastado Abramovitz le respondió al falso Gilad rechazando la oferta y alegando que se quedaría en McGill para finalizar con sus estudios de grado.
Seis meses después de #emailgate, la pareja rompió porque, como dijo él, "las cosas se estaban poniendo demasiado intensas y algunas cosas no estaban funcionando".
Aún decidido a estudiar bajo la tutela del estimado Gilad, sin embargo, Abramovitz decidió participar de las audiciones para una beca en USC, donde Gilad también trabajaba, tras graduarse en McGill.
Pararse frente al mismo hombre que lo había "rechazado" hacía unos años era sobrecogedor, dijo el muchacho de 24 años, y podía sentir algo de tensión en el aire cuando completó su actuación.
"Fuimos a otra habitación para hablar cuando terminé y me preguntó qué estaba haciendo allí", dijo Abramovitz. "Me dijo: 'Tú me rechazaste. ¿Qué estás haciendo aquí?'"
El joven músico se quedó mudo, totalmente perplejo.
"Yo le dije: 'Eh, no, usted me rechazó a mí', y el respondió: 'No, tú a mí', y tuvimos un incómodo intercambio en el que íbamos así, en círculos, y pensé que quizás me había confundido con otra persona", rió Abramovitz.
Aunque no le ofrecieron otra beca completa, Abramovitz contó que le dieron un lugar en el programa certificado y comenzó a estudiar con Gilad, aunque no podía sacarse de la cabeza la idea de que algo raro había ocurrido.
Luego, unos meses después, uno de los viejos alumnos de Gilad se acercó a Abramovitz luego de una presentación para saludarlo y le preguntó: "¿Por qué no estudiaste en Colburn cuando tuviste la oportunidad?".
Desconcertado, Abramovitz comenzó a pensar y llegó a la conclusión de que había algo que no sabía, ya que "todos pensaban que me habían aceptado".
Así que empezó a investigar. Buscó el correo de "rechazo" y se lo envió a Gilad, quien confirmó que esa definitivamente no era su dirección de correo y que él nunca lo había enviado.
Enterarse de que en realidad había sido aceptado fue uno de los momentos más "demoledores" de su vida, dijo Abramovitz. Pero todavía no sospechaba que su ex fuera la persona detrás de todo; suponía que había sido otro clarinetista "que quería terminar con él".
Con la ayuda de algunas "personas buenas con las computadoras", Abramovitz trató de descubrir el origen de la cuenta, "pero no hubo suerte". No fue hasta que sus amigos comenzaron a sugerirle: "¿Qué hay de Jen?", que comenzó a preguntárselo. Habían vivido juntos; ella tenía acceso a su computadora y a su correo y sabía sus contraseñas.
"Hubiera sido muy fácil para ella", dijo.
Aunque le "dolió enfrentarse a la posibilidad" de que su exnovia hubiera desbaratado su carrera de esa forma, él y sus amigos comenzaron a probar contraseñas que él sabía que ella usaba y, tras varios intentos, pudo entrar en la cuenta falsa de Gilad.
"Fue muy al estilo de Sherlock Holmes y estábamos muy emocionados con nuestro trabajo de detectives, pero a la vez fue una puñalada al corazón y en la espalda", contó.
Una vez que pensó en todo lo que había pasado hacía unos años, informó inmediatamente a su profesor, se puso en contacto con Lee y contrató un abogado.
"Al principio intentó negarlo, pero la evidencia era abrumadora", dijo Abramovitz. "Luego me bloqueó en las redes sociales y solo nos comunicamos a través de nuestros abogados".
El miércoles, un juez del Tribunal Superior de Ontario falló a favor de Abramovitz, que había demandado a su exnovia por 300 000 dólares por daños generales, por la pérdida de la oportunidad educativa, y por la pérdida de un posible ingreso de dos años.
Como un agregado, el juez añadió una multa de 50 000 dólares extra para la señorita Lee "por su despreciable interferencia en la carrera del señor Abramovitz".
Lee no se presentó ante el tribunal en varias ocasiones, lo que eliminó cualquier oportunidad que podría haber tenido de tener éxito al montar una defensa legal.
"Se considera que un acusado que ha sido declarado en falta ha admitido que los alegatos en su contra son verdaderos", dijo el juez.
Hablando desde su departamento en Tennessee, en donde forma parte de la Orquesta Sinfónica de Nashville, el músico dijo que todavía se siente asombrado y dolido por todo ese dramático asunto, pero que nunca dejó que lo apartara de su camino.
"Es muy difícil saber cómo hubiera sido mi vida si esto no hubiera pasado", dijo. "Pero estoy feliz y orgulloso porque caí de pie. No me arrepiento de nada. Siempre aspiré a vivir de lo que amo, y lo he logrado, así que soy muy afortunado".
De hecho, se mudará de nuevo a Canadá, ya que ha aceptado un lugar en la Orquesta Sinfónica de Toronto como clarinete asociado principal en Mi. Además tiene una nueva relación, que describe como "grandiosa".
"Estamos muy felices", dijo. "Me gusta pensar que desde mi primera relación mi evaluación de las personas ha mejorado un poco".
"I just can't believe that someone can not have an overwhelming amount of guilt, lying to someone, betraying someone like that." Clarinetist Eric Abramovitz's girlfriend consoled him after crushing his dreams https://t.co/ryuDOTPIdV
En una entrevista en AM to DM, Abramovitz dijo que lo que hizo su exnovia fue "la peor de las traiciones".
"Pero de todas maneras tener la oportunidad de trabajar con [Gilad] obviamente era mi objetivo desde el principio", dijo. "Tenía que ser dos años más tarde y en otra universidad que obviamente cuesta más que Colburn, pero por suerte no todo salió mal al final. Igual logré hacer lo que quería hacer".
Ellie Hall contribuyó con informes adicionales sobre esta historia
Este post fue traducido del inglés.