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    El color que veas en "El vestido" puede depender de cuándo te despiertes

    Dos años después de que El vestido reventara Internet, los científicos están poniéndose de acuerdo en la explicación: El color del vestido que ves depende de suposiciones inconscientes que haces sobre la luz que brilla en él.

    El día después de que una publicación de BuzzFeed viral preguntara sobre el color de un vestido de cóctel a rayas, el neurocientífico Pascal Wallisch sacó la infame foto de su ordenador portátil y se la enseñó a su esposa.

    ¿Por qué está la gente como loca con esto, le preguntó, cuando es obviamente blanco y dorado?

    "Y ella contestó: '¿De qué estás hablando? Obviamente es negro y azul'," explicó Wallisch, un profesor de psicología asistente clínico de la universidad de Nueva York, a BuzzFeed News. "Sé que ella no me engañaría; es muy seria, es abogada. Así que me di cuenta inmediatamente de que nada que supiéramos sobre la visión del color podría explicar esto."

    Decenas de millones de personas estaban teniendo la misma discusión, que llevó a un fenómeno cultural conocido simplemente como "El vestido". En los dos años siguientes, al menos media docena de estudios han intentado responder a la pregunta que hay en la mente de todos: ¿Cómo pueden dos personas ver la misma foto (en la misma pantalla y en el mismo momento) y tener percepciones tan tremendamente diferentes?

    Esta investigación ha dado lugar a una explicación intrigante: El color que ves en el vestido depende de las suposiciones inconscientes que hace tu cerebro sobre la luz que brilla en él. Las personas que suponen que el vestido está en la sombra (es decir, ante la luz azul), lo verán habitualmente amarillo, probablemente porque sus cerebros están quitando la luz azul de la escena para tener la sombra en cuenta. Por el contrario, las personas cuyos cerebros suponen que el color está bajo la luz artificial tienen más probabilidades de verlo azul porque están quitando mentalmente el amarillo.

    Pero ¿por qué algunas personas hacen una suposición y no la otra?

    Nadie sabe por qué exactamente pero Wallisch proporciona una respuesta en un estudio publicado hoy. Al investigar más de 13.000 personas (el estudio más grande sobre El vestido hasta ahora) encontró que los madrugadores tienden a ver el vestido blanco y dorado, mientras que los búhos nocturnos tienen ligeramente más probabilidades de verlo azul y negro.

    Esto tiene sentido, dice, porque la gente que madruga está expuesta, durante su vida, a más luz azul (del cielo) que la gente que tiende a estar despierta de noche, rodeada de luz artificial amarilla.

    Para los científicos que han estudiado El vestido, la foto tiene profundas implicaciones.

    "Lo que encuentro fascinante es que lo que influye en lo que ven es, básicamente, algún tipo de creencia o conocimiento que la gente tiene de la escena", dijo Christoph Witzel, un científico de la visión del Justus Liebig University de Giessen, Alemania, quien publicó un estudio sobre la iluminación de El vestido a principios de este año. "Significa que cosas tan fundamentales como los colores, que creemos que están ahí, que creemos que son parte del mundo exterior, en realidad pueden verse influidos por lo que creemos."

    Durante el mes siguiente a la aparición de El vestido, dijo Wallisch, fue de lo único que pudimos hablar mis colegas y yo. Fue (y todavía es) la única imagen conocida capaz de producir esas diferencias tan impactantes en la percepción del color de una persona a otra. "Fue como encontrar un nuevo órgano o una nueva especie", dijo.

    "Fue como encontrar un órgano nuevo o una nueva especie."

    Probablemente, el efecto del vestido no es heredado. La empresa genética 23andMe preguntó a unos 25.000 de sus clientes cómo veían la foto y encontró que no había genes que pudieran predecir la percepción del color. Igualmente, un estudio encontró que gemelos idénticos (que comparten el 100 % del ADN) no siempre ven el vestido igual, aunque tienen más probabilidades que los gemelos fraternos (que solo comparte el 50 % del ADN) de verlo del mismo color. Esto sugiere que los genes tienen cierta influencia en cómo vemos El vestido pero la mayor parte del efecto se debe a factores ambientales y experiencias vitales. El nuevo artículo de Wallisch, publicado el viernes en el Journal of Vision, está basado en dos encuestas de Internet, una que incluía 8.048 personas realizada un mes después de que se publicara El vestido y otra que incluía 5.333 personas hecha un años después. Como en estudios anteriores, Wallisch encontró que la gente que supone que el vestido está a la sombra tenía más probabilidades de verlo dorado, en comparación con aquellos que pensaban que estaba ante luz artificial. Los hallazgos relacionados con aquellos que se levantan pronto o tarde (a quienes llama "alondras" y "búhos") aparecieron en ambas encuestas, aunque el efecto fue sutil. En la primera encuesta, una "alondra intensa" tenía un 11 % más de probabilidades de ver el vestido dorado y blanco que un "búho intenso". (En la segunda encuesta, el efecto fue mayor, y las "alondras intensas" tenían casi un 40 % más de probabilidades de verlo dorado y blanco. Según Wallisch, la diferencia podría deberse a que la primera encuesta, que salió demasiado pronto desde que apareciera el vestido, tenía más "trolls" mintiendo sobre lo que veían. No descarta ningún dato de ninguna de las encuestas).

    Muestra original: porcentaje de gente que ve dorado y blanco

    Pascal Wallisch

    Muestra de replicación: porcentaje de gente que ve dorado y blanco

    Pascal Wallisch

    Los datos de ruido aparecieron en su propia familia: Wallisch es un búho extremo, que se queda despierto hasta bien entrada la noche pero veía el vestido blanco y dorado, al contrario de lo que predecía su artículo. Y su esposa abogada se levanta temprano pero lo veía azul y negro. Otros investigadores encuentran valioso el nuevo estudio, especialmente porque las dos encuestas incluían grandes grupos de personas y se replicaban la una a la otra. "No suelo decir con frecuencia que los estudios estén realmente bien diseñados pero creo que este sí", dijo Lisa Feldman Barrett, profesora de psicología de Northeastern University, a BuzzFeed News. "Lo encuentro muy persuasivo." (Como alondra que ve el vestido dorado y blanco, ella también parece encajar en la teoría.) Feldman Barrett, autor de

    How Emotions Are Made: The Secret Life of the Brain, señaló que este es solo uno de los muchos ejemplos de que nuestros cerebros usan la acumulación de experiencias pasadas para juzgar el presente. "Todo lo que ves, oyes, saboreas y tocas, cada pensamiento que tienes, cada recuerdo, todo eso surge de una forma bastante similar en esta arquitectura predictiva que es el cerebro". Algunos científicos no están tan de acuerdo. Dale Purves, un profesor investigador del Duke Institute for Brain Sciences, dijo a BuzzFeed News que aunque el nuevo estudio proporciona una "base de datos definitiva" sobre El vestido, no cree que la teoría de Wallisch explique totalmente el fenómeno. "Hay algo profundo aquí, no hay duda", afirmó Purves (madrugador, azul y negro). "Pero es justo decir que nadie lo ha explicado realmente." Quizás, más interesante que la ciencia de El vestido, según Purves, es el hecho de que le importe tanto a decenas de millones de personas. "Es tan importante debido a Internet, no al revés".



    Este artículo ha sido traducido del inglés.