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    El fiscal argentino que apareció muerto había escrito un borrador de una orden de arresto para la presidente

    En un tacho de basura fuera de la casa de Alberto Nisman, se encontraron borradores que piden el arresto de la presidente Cristina Fernandez de Kirchner y su ministro de relaciones exteriores.

    Alberto Nisman, un fiscal que apareció muerto en su casa el 18 de enero, había diseñado una orden de arresto para la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner, dijo un investigador el martes, informó el New York Times.

    Nisman apareció muerto por una herida de bala el 18 de enero, justo el mismo día en el que iba a revelar detalles de una investigación que venía realizando hace un año sobre el ataque terrorista de 1994 a la AMIA, una mutual judía en Buenos Aires.

    El borrador del pedido de arresto, de 26 páginas, apareció en el tacho de basura de la casa de Nisman, quien acusó a la presidenta de ocultar de forma deliberada conexiones iraníes con el ataque a la mutual judía.

    La orden de arresto, que fue elaborada en junio de 2014, también pedía el arresto del ministro de relaciones exteriores, Héctor Timerman, y del diputado Andrés Larroque.

    El descubrimiento fue el último giro que tomó la investigación sobre la muerte de Nisman. Los investigadores dijeron al principio que "todos los signos" conducían al suicidio, una afirmación que despertó un escepticismo generalizado, sobre todo entre miembros de la familia y amigos de Nisman.

    Los investigadores tuvieron todavía más presión cuando se reveló que el secretario de seguridad Sergio Berni llegó al departamento de Nisman antes que la policía.

    La presidente luego revirtió esa narrativa, diciendo que la muerte de Nisman es "un suicidio que (estoy convencida) no fue un suicidio." El gobierno luego culpó a agentes de su propia agencia de inteligencia de la muerte de Nisman.

    También se descubrió un pasadizo desconocido en el hall del departamento de Nisman, y de reveló que la cámara de seguridad en el edificio de Nisman no funcionaba cuando sucedió el disparo.

    Pero, a finales de enero, cuando el caso tomó un nuevo rumbo, los investigadores dijeron que las pruebas del arma solo tenían rastros del ADN de Nisman.