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    Cómo es tuitear en vivo el día que tu barrio se convierte en una zona de guerra

    René Silva fue noticia en los medios nacionales brasileños con solo 17 años, cuando su barrio en Río se convirtió en el área de impacto del agresivo plan de limpieza de la ciudad para los Juegos Olímpicos.

    RIO DE JANEIRO — En una oficina diminuta al borde de una favela, René Silva está atareado con su teléfono, lanzando mensajes de WhatsApp, veloces como metrallazos. Las paredes están cubiertas de portadas de periódicos, y una pila de viejas cámaras digitales se alza cerca de la puerta de esa habitación sin ventanas.

    Silva, 22, dirige Voz das Comunidades, o “Voces de las Comunidades”, que es un sitio web, una cuenta de Twitter, una página de Facebook y un canal de YouTube que cubren todo lo que afecte las vidas de los que habitan en el Complexo do Alemão, una densa favela que alberga alrededor de 70.000 personas, conocida tanto por el teleférico que cuelga sobre ella como por los narcotraficantes que controlan la zona. Las historias en que se concentran Silva y su equipo van desde noticias sobre las obras viales hasta momentos de intensa violencia, que marcan regularmente las vidas de los que moran en las favelas de Río.

    En 2012 la cobertura en vivo de Voz das Comunidades atrajo la atención de Coca-Cola, que desde entonces ha trabajado junto a Silva varias veces. Este año, el gigante de las bebidas lo invitó a portar la antorcha olímpica en su viaje por Brasil de camino a Río, donde se llevó a cabo la ceremonia inaugural de la 31ª edición de los Juegos Olímpicos. De varias maneras, la llegada de Silva a los Juegos es la misma que la de Río de Janeiro: un niño de los barrios más peligrosos de esa ciudad que logró que el mundo los notara a él y a su comunidad, para bien o para mal.

    Silva abrió su publicación cuando solo tenía 11 años; comenzó como un folleto que imprimía con la máquina de fotocopias de su escuela. Explicó que los primeros miembros del periódico eran tan solo niños de su clase que tenían interés en la escritura o en la fotografía. Poquito a poco, el periódico comenzó a crecer.

    “Se convirtió en una referencia para nuestra comunidad, porque comenzamos a resolver muchos problemas sociales a través del periódico”, dijo Silva. “A la gente se le han resuelto sus problemas, los problemas del barrio. El periódico también ha sido un lugar para mostrar los talentos de nuestra comunidad”.

    Hoy, es una parte indispensable del Complexo do Alemão. Solo en el último mes, Voz das Comunidades tuiteó en vivo un tiroteo entre la policía militar —el agresivo brazo federal de las fuerzas del orden de Brasil— y algunos residentes. Las fuerzas policiales llevaron un caveirão, uno de los vehículos militares de asalto que la policía de Río utiliza para patrullar las favelas. Se desató un intenso tiroteo. Varios coches resultaron baleados y fue incendiada una camioneta.

    Usar herramientas en línea para documentar sin descanso las vidas de la gente de la favela fue exactamente lo que puso a René Silva en el centro de la prensa nacional brasileña siendo apenas un adolescente.

    En noviembre de 2010, la policía militar efectuó una redada en el Complexo do Alemão, en busca de casi 500 narcotraficantes que se suponía que se hallaban dentro de esta laberíntica colonia. La redada formaba parte de la puja por "pacificar" sus favelas más violentas, lucha que Río tanto publicitó, en vista de la Copa del Mundo de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016. El conflicto se convirtió en una guerra total, que duró días y dejó 42 muertos y cientos de heridos. Silva tuiteó constantemente sobre los enfrentamientos en Voz das Comunidades.

    “Tenía 500 seguidores”, dijo Silva. “Menos de dos horas después, tenía unos 15.000”.

    En los meses anteriores a los Juegos Olímpicos y durante su transcurso, los funcionarios municipales se apresuraron a jactarse de las llamadas "favelas Disneyland", ejemplos de como Río se ocupaba con éxito de sus fuertes disparidades en la distribución de la riqueza y de la violencia de sus pandillas. Los esfuerzos de pacificación también contribuyeron a que algunas favelas comenzaran a aburguesarse, llenándose de hostales y de bares y restaurantes calificados por Trip Advisor, fuera del alcance de los que han vivido en dichas comunidades durante generaciones. Amnesty International informó un incremento notable en la violencia policial cuando comenzaban a irrumpir en las favelas más peligrosas en preparación a los Juegos Olímpicos.

    Silva dijo que su principal objetivo con Voz das Comunidades siempre ha sido combatir un concepto muy arraigado en Brasil que sostiene que todo aquel que vive en una favela es pandillero o narcotraficante. Expresó que los medios mayoritarios solían escribir exclusivamente sobre la violencia en su comunidad, pero nunca sobre cómo eran las vidas de sus residentes. Eso es justo lo que hizo Silva cuando comenzaron las redadas en el Complexo do Alemão en noviembre de 2010.

    Cuando las fuerzas del gobierno ocuparon el Complexo do Alemão luego de que un grupo de delincuentes comenzara a incendiar vehículos en las favelas en 2010, Silva reunió a dos de sus amigos para que lo ayudaran a informar desde la favela. Dijo que lo motivaba la falta de cobertura de los medios mayoritarios.

    “Su labor se concentraba en la acción policial, pero no mostraba cómo se sentían los residentes, qué les sucedía a los miles que viven en esta zona”, explicó.

    Silva usó Twitter para informarle a la gente de afuera que estaba a salvo y corrigió a los periodistas de las publicaciones de mayor difusión, dándoles los nombres exactos de las calles y los vecindarios donde tenían lugar los incidentes. También se las ingenió para montar una transmisión en video desde su techo con su teléfono.

    “Informaba cuando se nos interrumpían líneas de autobuses, cuando se nos cerraban calles. Los padres no podían llevar a los niños a las escuelas, no podían ir a trabajar”, explicó. “Hablamos sobre todos esos problemas que afectaban a la comunidad”.

    Para cuando acabó la redada, el nombre de Silva ya se esparcía por todos los medios de prensa, conforme los conductores de noticieros de los principales canales comenzaron a utilizar sus informes en TV y a reconocerlo como fuente. Solo tenía 17 años.

    “No sabía qué ocurría”, comentó Silva. “Pero sabía que estaba haciendo lo correcto para la comunidad, porque estaba mostrando otro punto de vista”.

    Luego de que Voz das Comunidades recibiera la atención de todo el país, en 2011, Silva fue contactado por Coca-Cola y se le pidió la cobertura periodística de “Desafio da Paz” o “Desafío de la Paz” en el Complexo do Alemão. Ese acontecimiento iba a movilizar a artistas, activistas y políticos locales.

    El año siguiente, Cola-Cola patrocinó a Silva para que portara la antorcha en los Juegos de Londres y, cuatro años después, en los Juegos de Río.

    “En 2012, cuando cargué [la antorcha] en Londres, logré entender bien el espíritu olímpico”, expresó. “En iglesias, en el metro, en todas partes de la ciudad se veía entusiasmo por los Juegos”.

    Pero dijo que portar la antorcha en Río fue una experiencia muy diferente. “Fui criticado”, explicó. “La gente suele hablar de los Juegos Olímpicos mezclándolas con la política y sin entender el espíritu olímpico”.

    Si bien algunos vieron los Juegos como un momento único en la historia para promocionar la cultura de Río y de Brasil, hubo enormes protestas contra ellos. Los manifestantes siguieron el relevo de la antorcha por toda la ciudad e intentaron apagarla con cubetas de agua. Algunas protestas fueron tan fuertes que la antorcha tuvo que saltear por completo la playa de Copacabana. En un momento, se pidió la intervención de la policía antidisturbios para dispersar a las multitudes.

    El tramo en que Silva cargó la antorcha, sin embargo, no fue en Río. La llevó por Iguaba Grande, una ciudad al oeste de Río. Y dijo que fue importantísimo para la gente de allí.

    “No sabemos cuánto tiempo más pasará hasta que volvamos a recibir otros Juegos y hasta que la antorcha vuelva a pasar por esa ciudad”, declaró. “Si no disfrutas de ese momento, te lo pierdes”.

    Pero Silva dice tener esperanza.

    “Es muy importante conservar siempre el optimismo sobre el futuro de nuestra ciudad, de nuestro país”, dijo. “Hemos pasado por este momento de transformación que nunca hubiese ocurrido de no haber sido por los Juegos Olímpicos”.

    Terminados los Juegos, Silva dice que ahora quiere concentrarse en hacer que su publicación y sus canales en las redes sociales sean mejores y más rápidos en la comunicación fuera de la comunidad. El año próximo, espera ir a San Francisco a buscar inversiones y apoyo para comenzar a construir una comunidad en línea no solo para su favela o para la ciudad de Río, sino para todo el país.

    Silva expresó que los Juegos Olímpicos presionaron enormemente a Río para que enfrentara algunos de sus serios problemas y se preocupara por solucionarlos, y cree que esa misma mentalidad debería aplicarse a la solución de los problemas del resto del país.

    “Todos tienen smartphones; y WhatsApp, Facebook e Instagram están al alcance de todos”, dijo. “Queremos utilizar esas herramientas para que podamos comunicarnos mejor y tener una mejor calidad de vida dondequiera que vivamos”.