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    La policía de Bolivia atacó a activistas discapacitados con cañones de agua

    La policía y los manifestantes se acusaron entre sí de recurrir a la violencia esta semana en la última disputa sobre el apoyo financiero para discapacitados.

    Hubo choques entre los manifestantes discapacitados y la policía esta semana afuera de la oficina del presidente mientras exigían más apoyo financiero del gobierno.

    La manifestación en la capital del país, La Paz, se tornó peligrosa; los policías y los manifestantes se acusaban entre sí de recurrir a la violencia.

    La policía dijo que algunos manifestantes en la muchedumbre utilizaron cuchillos y muletas para atacar a la policía antidisturbios.

    Pero las fotografías también muestran que atacaron a los activistas discapacitados con cañones de agua de alta presión.

    Fue la última de una larga disputa sobre el apoyo financiero de aproximadamente 388 000 bolivianos que viven con una discapacidad.

    Actualmente reciben $143 al año, pero los activistas ahora piden 500 bolivianos (aproximadamente $73) cada mes. Quieren que el gobierno cambie la manera como se paga el apoyo: cambiar de un estipendio anual a un pago mensual.

    Las protestas iniciaron el 21 de marzo cuando un grupo de personas con discapacidad marcharon desde la ciudad de Cochabamba hasta la capital, en un viaje de casi 400 km.

    Cuando finalmente llegaron a la capital, los manifestantes acamparon en la ciudad y continuaron la manifestación.

    De vuelta en Cochabamba, en abril, los manifestantes se suspendieron del puente Blanco Galindo, el cual conecta la ciudad con el resto del país, para hacerse notar.

    Aunque se han realizado mejoras, específicamente en 2012, cuando el presidente Evo Morales prometió apoyar a la Ley General para Personas con Discapacidad, el progreso ha sido lento y los activistas se han sentido cada vez más frustrados.

    Y el gobierno de Evo Morales ha rechazado las últimas exigencias de los activistas.

    El gobierno afirma que las protestas recientes son el resultado de un pequeño y descontento grupo de activistas y no refleja cómo se siente toda la nación.

    "Ahora tenemos un grupo intransigente pequeño que se niega a aceptar el acuerdo de 42 puntos que hemos hecho con los grupos de discapacidad", dijo el Ministerio del Interior en una declaración. "Creemos que este tipo de acciones está encaminado a generar conflictos, enfrentamientos y violencia".

    Pero las manifestaciones no dan señales de calmarse.

    El miércoles, la policía no dejó que los activistas llegaran al palacio presidencial, donde esperaban poder ir a manifestar.