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    A una mujer con un quiste ovárico de 23 kg le dijeron que perdiera peso

    El cirujano que lo extirpó dijo que era el quiste de ovario más grande que jamás había visto.

    Ese gran objeto que está sujetando este médico es un quiste ovárico de 23 kg, extirpado del abdomen de una mujer de Alabama.

    Todo comenzó hace meses, cuando Kayla Rahn, de 30 años y de Montgomery, empezó a sufrir dolor abdominal y dificultades para respirar, y comenzó a ganar mucho peso, a pesar de que intentaba perderlo. Llegó al punto de que un desconocido le preguntó si estaba embarazada de gemelos.

    "Ni siquiera podía caminar hasta el coche sin perder el aliento", dijo Rahn a la NBC12. Fue al médico, que le dijo tan solo que perdiera peso.

    Finalmente, como el dolor era excesivo, la madre de Rahn la llevó a urgencias del Jackson Hospital de Montgomery, donde las pruebas revelaron que el origen de sus molestias era un quiste ovárico gigante. Su nombre científico es "mucinous cystadenoma"; un tumor quístico benigno. Aunque no es tremendamente raro, uno de ese tamaño, sin duda, sí lo es.

    "No cabe duda de que había visto esta afección, pero nunca uno tan grande", declaró el dr. Gregory Jones a BuzzFeed News. "Era el más grande que jamás haya visto u operado", dijo Jones, un obstetra y ginecólogo del Jackson Hospital, y uno de los médicos que operaron a Rahn.

    Aunque sea benigno, un quiste de este tamaño puede causar complicaciones graves. "Siempre que una persona desarrolla una gran masa, puede desarrollar también algo llamado síndrome compartimental abdominal", dijo Jones.

    Esto significa que la presión causada por el quiste es tan intensa que afecta al flujo sanguíneo de las extremidades inferiores, lo que provoca hinchazón. También puede obstruir el flujo de la orina, provocar una instrucción intestinal y causar dificultades para respirar debido a la presión sobre el diafragma. En última instancia, puede provocar un fallo renal. Para cuando operaron a Rahn, ya estaba sufriendo una hinchazón "horrible", dijo Jones.

    No hay nada en concreto que provoque estos quistes, y la mayor parte desaparecen por sí mismos, dijo Jones. Pero, en ocasiones, siguen llenándose de fluidos y creciendo, como un globo, hasta alcanzar, a veces, el tamaño de una naranja. El de Rahn tuvo tiempo para convertirse en algo mucho peor.

    Se espera que Rahn recupere la normalidad tras la operación. Le han quitado, literalmente, un gran peso de encima, y ahora puede volver a ponerse la ropa que no le servía antes de la cirugía.

    "En cuanto llegué a casa y pude moverme un poco, me probé todas las camisas que tenía, y fue genial", dijo Rahn en un comunicado.

    Jones dijo que este es un buen ejemplo de por qué no debes tener miedo a pedir una segunda opinión al médico, o de alzar la voz cuando sientes que algo no marcha bien.


    Este artículo ha sido traducido del inglés.