CARACAS, Venezuela — Daniella Cabello sonreía dulcemente a la multitud al tiempo que levantaba una bandera venezolana contra su vestido de encaje blanco. Su voz inundó el teatro Karl Marx de La Habana, Cuba, con una oda al ex presidente Hugo Chávez, durante un concierto por la paz en Latinoamérica.
En estos días, el rostro delicado y joven de Cabello parece estar en todos lados. Aparece en una playa para una publicidad de turismo, caminando con estudiantes de primaria para una campaña de la PSA contra las críticas al gobierno del país, y en programas de televisión de la mañana, hablando sobre el rol de la juventud en la "revolución bolivariana" iniciada por Chávez en Venezuela.
Sin embargo, sus videos "son atroces, kitsch, cursis y ridículos", dijo Sergio Monsalve, un crítico de cine que escribe una columna semanal del periódico opositor El Nacional "Es una paracaidista con los recursos del estado", agregó.
Al igual que Monsalve, muchos piensan que la nueva fama de Cabello no se debe a su talento artístico sino a su padre: Diosdado Cabello es el presidente del congreso venezolano, y se lo considera la segunda persona más poderosa del país. El Wall Street Journal recientemente reveló que la fiscalía de los Estados Unidos y la DEA investigan a Cabello por presunto tráfico de cocaína y lavado de dinero.
"La llegada de la Quinta República profundizó el nepotismo", dijo Monsalve sobre el período político que comenzó con la ascensión al poder del presidente Hugo Chávez, en 1999.
No es solo Cabello. Varios expertos de la industria cinematográfica afirman que Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente Nicolás Maduro, fue nombrado coordinador de la Escuela Nacional de Cine. El problema, dicen, es que el currículum de Maduro Guerra solo consta de un puñado de proyectos inconclusos. Es más conocido por bailar bajo una lluvia de billetes en un casamiento, como muestra un video publicitario en marzo.
Lo de cabello y Maduro Guerra "ya no sorprende a la sociedad venezolana" dijo César Batiz, editor de Poderopedia, una plataforma digital que investiga y computa las relaciones de poder en el país. El nepotismo, agregó Batiz, no solo es cada vez mayor, sino que "se ha vuelto algo normal".
Los analistas locales dicen que el poder se concentra en tres familias y sus aliados: las familias Cabello, Chávez y Flores (que incluye a la esposa del presidente Maduro) usan las arcas del estado como sus cuentas privadas, ubican familiares en posiciones claves en el gobierno, y se aseguran de que sus hijos tengan lo que desean, cueste lo que cueste.
Si bien el nepotismo aumentó desde el gobierno de Chávez, muchos venezolanos están cada vez más frustrados con estos abusos de poder, mientras el país enfrenta una inflación de casi tres dígitos, escasez de alimentos, y desciende en un espiral de violencia que deja un promedio de 16 muertes diarias, según los reporteros de crímenes locales.
"Pero más preocupante que una celebridad o coordinador de escuela de cine son los familiares que controlan grandes cantidades de fondos públicos", dijo Batiz.
Los Cabello, por ejemplo: su esposa, Marleny Contreras, recientemente dejó su banca en el congreso para dirigir el Ministerio de Turismo y presidir el Instituto Nacional de Turismo. Su hermano, José David, que ocupó varios puestos relevantes durante el gobierno de Chávez, ahora es el ministro de industria y el director del Centro Nacional de Comercio Exterior. La hija de Cabello, Daniella, no maneja fondos públicos, aunque hay quienes piensan que es parte de una estrategia para suavizar la imagen abrasiva de su padre.
"Voy a mover algunas influencias aquí", dijo risueña la ascendente estrella pop durante una entrevista televisiva, luego de contar que pidió que incluyan una imagen de la casa de su abuela en la publicidad de turismo que filmó.
Cilia Flores, la esposa de Maduro, que hace poco comenzó un programa de televisión semanal. De acuerdo a reportes de la prensa, la ex fiscal general y presidente del congreso en 2008 llegó a tener 37 familiares como empleados del parlamento. Hoy en día su sobrino, Carlos Erik Malpica Flores, es el tesorero nacional y un alto directivo en la compañía petrolera estatal. Uno de sus hijos, Walter Gavidia Flores, es un juez criminal en Caracas y a su hermano, Bladimir Flores, el año pasado lo nombraron inspector general de la policía de investigaciones.
Los familiares de Chávez redondean la trifecta. Se aseguran la perpetuidad del poder familiar. Su hermano mayor, Adan Chávez, es el gobernador del estado de Barinas, el lugar de nacimiento de Chávez al sudeste de Caracas. Uno de sus primos, Asdrúbal Chávez, es el ministro de petróleo y minería. Su hija, María Gabriela, recientemente fue nombrada vice embajadora de Venezuela para las Naciones Unidas. Muchos dicen que no está capacitada para el puesto, ya que nunca ocupó una posición diplomática.
"La suma de todo esto nos dice que no están calificados", dijo Batiz, en referencia a los familiares de Chávez, Cabello y Flores en el poder. La consecuencia del nepotismo es que "no podemos garantizar una libertad democrática, un gobierno eficiente, ni una lucha contra la corrupción", agregó.
Chávez, cuya imagen se reproduce en fachadas de edificios, collares y remeras, se convirtió en una atracción turística del país socialista. Seguidores como Marta Elena Florez Díaz visitan su mausoleo habitualmente. Soldados vestidos con elegantes uniformes rojos y dorados custodian todo el tiempo su cuerpo, ubicado en las barracas militares de una de las colinas de Caracas.
"Lo amo como si hubiese sido mío", dijo Florez Días, luego de agacharse para besar el suelo de granito cubierto de flores de la tumba. Un cuadro de Simón Bolívar, el revolucionario que condujo el movimiento independentista en Latinoamérica, está colgado sobre su tumba, junto a otro cuadro de Chávez pensativo, vestido con una camisa a cuadros.
A unos pasos de la tumba de Chávez hay una pequeña capilla. Sus puertas se abren una vez al mes, en el aniversario de su muerte, pero solo para unas pocas personas.
Segun la guía turística, solo asisten "su familia, amigos y allegados".
Este artículo fue traducido del inglés por Javier Güelfi.