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18 imágenes poderosas de mujeres poderosas del siglo XX

"Si coges una cámara, miras y ves una imagen que ya has visto con anterioridad, no hagas la foto".

La fotógrafa Susan Wood ha tenido una vida y carrera increíbles como fotógrafa de algunas de las mujeres más poderosas e influyentes del siglo XX. Desde la década de 1950, sus fotos han aparecido en páginas de revistas como Life, Vogue y Harper's Bazaar, mientras que sus temas van desde la moda, la comida, las bellas artes y la naturaleza muerta.

Su nuevo libro, Women: Portraits 1960–2000, reúne algunas de sus fotografías más emblemáticas, trazando una historia visual de poder e influencia femenina en el trabajo en Estados Unidos. Aquí, Susan Wood habla con BuzzFeed News de su nuevo libro y comparte sus propias experiencias como una mujer joven que estaba construyéndose una carrera en una industria dominada por hombres.

En mis imágenes intenté capturar el sentido del espíritu y el alma de la persona. Todos tenemos lados buenos y malos; todos tenemos algo que nos revela ante los demás como personas reales. Y no tiene que ser algo feo de ver. Creo que me costó intentar describirlo porque estoy muy interesada en su mística. Si se trata de una persona inteligente, me gustaría que sintieras la inteligencia. Si tiene humor e ingenio, me gustaría que lo captaras. Me esfuerzo en eso cuando se trata de personas —u objetos, incluso ellos me hablan—.

Había estado yendo a la escuela y concentrándome en el arte, por lo que consideré la fotografía como otra extensión de este proceso creativo, como acuarelas o aceites. Era otro medio visual. Me pareció muy emocionante observar el mundo a través de imágenes y disfrutar de la oportunidad de registrar la historia.

No estaba interesada en la moda o en estar cerca de las celebridades, no era una idea que tuviera en mente. Lo que más me interesaba era usar una cámara como medio para observar el mundo, comentar sobre él, aprender de él y comunicar lo que estaba sucediendo. En otras palabras, ser una periodista artística.

Ese era mi propósito. Pensé que me llevaría algo de tiempo y así fue. La mayoría del tiempo estaba de un lado para otro. Me llevó 10 años establecerme. ¡Y fue algo bueno! Mientras tanto, estaba aprendiendo a cómo hacerlo. Estaba viendo lo que estaba pasando, experimentando.

Cuando me gradué en la universidad, las fotógrafas anteriores a mi eran verdaderas estrellas. ¡Eran absolutamente fantásticas! Tenían un talento tremendo: su capacidad para trabajar, sus mentes, su inteligencia y sus corazones eran increíbles. En especial Dorothea Lange.

Margaret Bourke-White era alguien a quien realmente admiraba. Era una periodista y estilista increíble con un ojo y un sentido fabulosos para el modernismo. ¡Y trabajó muchísimo! Usando todo su poder de feminidad e inteligencia para conseguir las fotografías que sentía que necesitaba hacer. Era increíble y pensaba lo mismo de las demás. Verdaderos modelos a seguir. Las admiraba muchísimo.

Nunca sentí que fuera imposible ser fotógrafa, pero también quería ganarme la vida. Por ello pasé al mundo de la moda, cualquiera que llegara con un director de arte dispuesto a convertir mi talento en arte, estaba dispuesta a ello. Nunca me negué a ningún trabajo en revistas. Pensé que era muy interesante, ya fuera sobre naturaleza muerta, comida o flores.

Nací y crecí en la ciudad de Nueva York. Luego fui a Yale después de estudiar arte en Sarah Lawrence. Tenía una buena formación en arte y la ventaja del apoyo de mis padres. Mi madre estuvo muy involucrada en la política: fue una activista desde muy pronto y tuvo mucho éxito en ayudar al entonces alcalde Robert Wagner a vencer a sus opositores. Era muy activa.

Mi padre se dedicaba a las propiedades inmobiliarias, pero tenía hermanas creativas que coleccionaban arte y eran profesoras. Adoraba a los artistas y durante la Depresión les dio un espacio en Nueva York. Trató de ser un gran apoyo para los artistas, aunque creo que esperaba una visión más convencional de lo que era la vida: ir a la universidad, aprender un poco de filosofía y tal vez tener una carrera, pero luego te casas y tienes hijos.

La idea de que una mujer tuviera una carrera en esos días no era muy común —a mediados o finales de los 50 cuando salí de la universidad—. No creo que ellos pensaran que fuese una opción no contraer matrimonio ni tener hijos.

Tengo que decirte que realmente no sabía que existía discriminación o dificultades hacia la mujer. A mi no me ocurrió. Aunque en algunos casos, con el paso del tiempo, me di cuenta de que muchas de las personas que me ayudaron eran mujeres en una posición inusual para darme un trabajo. Era autónoma, por lo que necesitaba a un editor y un director de arte que me dieran una oportunidad y un trabajo. Aun así, usualmente era en revistas femeninas: Lady’s Home Journal, Vogue, Harper's Bazaar.

Parece que lo aceptamos más como parte de la ecuación de trabajo. Creo que con lo que está sucediendo hoy día, es el momento. Ha sido un sufrimiento muy lento el poder obtener la igualdad salarial. No tengo idea de si alguna vez obtuve un salario equitativo; siempre he pensado que depende mucho de los acuerdos que hayas logrado. No lo sé, quizás me pagaron muy mal.

Mucho ha cambiado desde entonces, hay más mujeres en puestos de poder. En aquel entonces había mucha más diversión y tolerancia con las insinuaciones sexuales: no éramos tan puritanos sobre coquetear, era simplemente divertido. Pero nunca he estado en una posición en la que mi trabajo y mi sustento dependieran de ceder ante insinuaciones sexuales no deseadas. No era que no fuera atractiva, simplemente no sucedió.

Creo que esta nueva generación de fotógrafas tendrá la oportunidad más brillante si se dan la vuelta y observan sus propias vidas y la fotografían. A sus amigos, lo que hacen y su estilo. Que intenten captar a su generación, a sus nuevas estrellas con gran honestidad y perspicacia. Hagan lo que hagan, deberían deberían aportar todo su intelecto. Nunca intentar seguir ningún sistema, sino desarrollar lo que se necesite desarrollar para mostrar lo que les interesa.

Uno de mis lemas es: si coges una cámara, miras y ves una imagen que ya has visto con anterioridad, no hagas la foto.

Para conseguir tu copia de Women: Portraits 1960–2000, visita pointedleafpress.com. Para ver más fotos de Susan Wood, visita su página web aquí.

Este artículo ha sido traducido del inglés.