Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, un número sin precedentes de mujeres decidieron participar de algún modo del conflicto al ver como decenas y decenas de hombres dejaban sus hogares y trabajos para luchar en el frente. Como no podían enrolarse al modo común, estas valientes mujeres respondieron a la llamada al ocupar el enorme vacío de mano de obra que habían dejado los que ahora eran soldados desplegados en el campo de batalla.
Las mujeres participaron en casi todos los aspectos relacionados con el conflicto: sus esfuerzos en las fábricas y el sector agrícola permitieron a los soldados seguir bien armados y bien alimentados, mientras que las operadoras de las centralitas mantuvieron activas las vitales líneas de comunicación. En el frente de combate, las conductoras de ambulancias, doctoras y enfermeras salvaron millones de vidas y ayudaron a mantener intacta la moral de las tropas. Si no hubiera habido mujeres ayudando y trabajando como los que más, es muy posible que Estados Unidos y sus aliados hubieran perdido la guerra.
Con motivo del centenario de la conclusión de la Primera Guerra Mundial ofrecemos una mirada retrospectiva a las bravas mujeres que lucharon y ganaron la guerra.
Este artículo ha sido traducido del inglés.